El trastorno de ansiedad generalizada lo padecen aquellas personas que sufren intensas reacciones de ansiedad (preocupación, alta activación fisiológica, etc.), desde hace más de seis meses, en situaciones altamente frecuentes, no recogidas en los diagnósticos de tipo fóbico, obsesivo, pánico, o sucesos de estrés postraumático. Las personas con este trastorno muestran por lo tanto niveles muy altos de ansiedad casi todo el tiempo. La ansiedad está provocada por interpretaciones erróneas, pensamientos anticipatorios, etc.

El DSM IV establece los siguientes criterios para el diagnóstico de este trastorno:

A) Ansiedad y preocupación excesivas sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades, que se prolongan más de 6 meses.

B) Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

C) La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes:

  1. Inquietud o impaciencia.
  2. Fatigabilidad fácil.
  3. Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco.
  4. Irritabilidad.
  5. Tensión muscular.
  6. Alteraciones del sueño.

D) El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno del Eje 1.

E) La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

F) Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o a una enfermedad médica y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.

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