Las obsesiones se definen como ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas e inapropiadas y que provocan una ansiedad o malestar significativos. No se reducen a simples preocupaciones sobre problemas de la vida real. La persona intenta controlar o neutralizar tales pensamientos obsesivos (suciedad, desorden, enfermedad, llave del gas, llave de la puerta, etc.) con otros pensamientos o con acciones (compulsiones). Las compulsiones más frecuentes consisten en comprobar (que se ha cerrado el gas, por ejemplo), contar, lavar, limpiar, etc. Al final el sujeto pierde mucho tiempo, interfiriendo en su vida social, laboral, familiar, etc., y desarrolla un gran malestar, con elevados niveles de ansiedad.
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