En la fobia simple la ansiedad la producen determinadas situaciones específicas que se evitan, como, por ejemplo: viajar en avión, ir al dentista, los espacios cerrados, los ascensores, animales inofensivos, etc. Normalmente este trastorno no lleva a las personas a la consulta del especialista, salvo que tengan necesidad de afrontar las situaciones fóbicas (por ejemplo, si necesitan viajar en avión, ponerse inyecciones con frecuencia, etc.)

Cuanto más se evitan estas situaciones, más grande se hace el temor a las mismas. En cambio, la exposición gradual, por aproximaciones sucesivas, con entrenamiento en manejo de las respuestas de ansiedad, reduce el miedo y llega a eliminar la fobia.

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